La importancia de la madera muerta


La importancia de la madera muerta
La importancia de la madera muerta
La necesidad de cocinar y obtener calor ha motivado durante gran parte de nuestra historia la recolección de madera y leña para este fin. La posibilidad de satisfacer esas necesidades con otras fuentes de energía permite hoy, al menos en esta parte del planeta, que un elemento desaparecido pero esencial e insustituible de los bosques, la madera muerta, pueda volver a ocupar el lugar que le corresponde. Especialmente si hablamos de Espacios Protegidos, en los que la gestión debe priorizar la conservación de los ecosistemas sobre su explotación.
Sin embargo año tras año y sin atisbo de cambio en la mentalidad de los "expertos" gestores, que contagian y extienden su necedad a la ciudadanía, la madera muerta se sigue mirando y tratando como "suciedad", causa de plagas (falso) un estorbo, una molestia ¡un peligro! (¿?) o incluso en el colmo de la idiotez y la ignominia, un elemento antiestético. Como si la estética pudiera ser un criterio "científico" de gestión de un ecosistema o un Espacio Protegido.
Esenciales en los ciclos de nutrientes del bosque, como "abono natural" que en su lenta descomposición enriquecen el suelo del futuro bosque; esenciales como refugio, lugar de descanso, reproducción o invernada de quirópteros (la mayoría protegidos y amenazados) y otros pequeños, medianos y grandes carnívoros, reptiles, insectos; esenciales para los pícidos, para las rapaces nocturnas que nidifican en sus huecos; esenciales para las rapaces nocturnas y diurnas, que los utilizan como "balizas" territoriales, o como oteaderos de caza o puntos de reposo. Esenciales para los invertebrados saproxilófagos, descomponedores de esa materia orgánica de debe volver al suelo (para reiniciar el ciclo imparable de la vida) comedores y recicladores de madera muerta, muchos de ellos amenazados y algunos protegidos, todos sin distinción ignorados, aunque su importancia sea tan obvia como preocupante su escasez y grado de amenaza. Lucanus cervus, Cerambyx cerdo, Amorphocephala coronata, Eupotosia mirifica, Gnorimus variabilis, Limoniscus violaceus, son solo algunos ejemplos algo más "populares".
Por todo ello la existencia de madera muerta en los bosques es imprescindible e incuestionablemente vital para su buena salud, siendo también (por tanto) vital para salud y calidad de vida humanas.
Pero es que también son esenciales para la recuperación de las zonas incendiadas. Sus esqueletos ralentizan la lluvia, mitigando su efecto erosivo, enriquecen el suelo en su paulatina descomposición, sirven de posadero o de refugio a multitud de aves y pequeños mamíferos dispersores de semillas, que germinarán y ayudarán a crear la avanzadilla vegetal del futuro bosque, diversificándolo al mismo tiempo. Su misión es de nuevo fundamental para acelerar la recuperación de áreas incendiadas. Su extracción masiva, total, a menudo con una rapidez que parecería casi psicótica si no hubiera otras razones que también denotan cierta patología ($) es un error monumental.
La naturaleza tiene su propio ritmo. No podemos pretender volver a ver arbolada una zona incendiada, ese proceso dura mucho más allá de nuestra esperanza de vida. Borrar por la fuerza la evidencia del desastre ( retirando el arbolado muerto calcinado) e introducir especies exóticas resinosas de crecimiento rápido para intentar ver lo antes posible "algo verde" agrava monumentalmente el problema ya creado interrumpiendo los procesos de regeneración natural, y demuestra muy poco rigor, seriedad y madurez.
Los "expertos" , año tras año, verano tras verano, incendio tras incendio, estimarán, en base a ciertas decimonónicas enseñanzas, que esos troncos muertos "hacen feo", son "suciedad", provocan plagas y "argumentos" de similar "rigor". Arrasarán con toda la madera muerta, abriendo cientos de pistas con maquinaria pesada, desfigurando laderas y montes y convirtiendo la recuperación espontánea, la sabia y autónoma regeneración natural, en un imposible, y su inercia ultraintervencionista e incuestionable (porque para algo son "los que saben") en la única posibilidad de "salvar" un área incendiada, como si la naturaleza no supiera recuperarse por sí sola como lo ha hecho durante millones de años, y necesitara de un "experto" que la lleve de la manita. En algunos casos, en un proceder que hoy debemos calificar de intolerable y criminal, arrasarán con la regeneración natural para plantar mecanizadamente esas hileras de "cerillas" resinosas en densidades que impedirán el crecimiento casi de cualquier otro ser vivo, y que dentro de unos años propagarán un nuevo y monumental incendio gracias a una negligencia, un loco o un accidente, cerrando así este Ciclo de la Infamia.
El resultado es que en vez de estudiar e imitar los procesos naturales de regeneración vegetal tras una perturbación, en vez de asumir lo evidente y apostar por la regeneración natural que es la que mejor funciona porque tiene millones de años de evolución y cataclismos monumentales a sus espaldas, los "expertos" gestores ralentizan o interrumpen dichos procesos de autorecuperación. Así pretenden mostrarse ante la opinión pública como necesarios y justificar proyecto$, presupuesto$, etc. mientras que los ciudadanos asisten resignados (o incluso demandan enfervorecidamente, lo cual tampoco ayuda) al desfalco presupuestario de dichas intervenciones.
Obviamente no todos los gestores actuan así, pero no hay más que salir ahí fuera, abrir los ojos y observar cómo se "gestionan" (realmente no puede llamarse gestión, pero para entendernos) nuestros ecosistemas tras sufrir una perturbación como un incendio (o sin siquiera sufrir perturbación alguna) para darnos cuenta de que esta enfermedad (la "psicosis de la madera muerta" ¿saproxilofobia?) está muy extendida entre nuestros gestores. ¿les ayudas a curarse?
BASTA YA de retirar sistemáticamente la madera muerta de los bosques.
Queremos que se apueste por la REGENERACIÓN NATURAL de las zonas incendiadas. La mejor, la más barata y la más ecológica.
NO a la extracción de MADERA MUERTA de las zonas incendiadas.
BASTA YA de hacer negocio de los incendios y la madera quemada. BASTA YA de interrumpir los procesos ecológicos por quienes deben garantizarlos y si acaso facilitarlos. Para eso cobran y eso es lo que dicen las LEYES que están obligados a cumplir.
Sin embargo año tras año y sin atisbo de cambio en la mentalidad de los "expertos" gestores, que contagian y extienden su necedad a la ciudadanía, la madera muerta se sigue mirando y tratando como "suciedad", causa de plagas (falso) un estorbo, una molestia ¡un peligro! (¿?) o incluso en el colmo de la idiotez y la ignominia, un elemento antiestético. Como si la estética pudiera ser un criterio "científico" de gestión de un ecosistema o un Espacio Protegido.
Esenciales en los ciclos de nutrientes del bosque, como "abono natural" que en su lenta descomposición enriquecen el suelo del futuro bosque; esenciales como refugio, lugar de descanso, reproducción o invernada de quirópteros (la mayoría protegidos y amenazados) y otros pequeños, medianos y grandes carnívoros, reptiles, insectos; esenciales para los pícidos, para las rapaces nocturnas que nidifican en sus huecos; esenciales para las rapaces nocturnas y diurnas, que los utilizan como "balizas" territoriales, o como oteaderos de caza o puntos de reposo. Esenciales para los invertebrados saproxilófagos, descomponedores de esa materia orgánica de debe volver al suelo (para reiniciar el ciclo imparable de la vida) comedores y recicladores de madera muerta, muchos de ellos amenazados y algunos protegidos, todos sin distinción ignorados, aunque su importancia sea tan obvia como preocupante su escasez y grado de amenaza. Lucanus cervus, Cerambyx cerdo, Amorphocephala coronata, Eupotosia mirifica, Gnorimus variabilis, Limoniscus violaceus, son solo algunos ejemplos algo más "populares".
Por todo ello la existencia de madera muerta en los bosques es imprescindible e incuestionablemente vital para su buena salud, siendo también (por tanto) vital para salud y calidad de vida humanas.
Pero es que también son esenciales para la recuperación de las zonas incendiadas. Sus esqueletos ralentizan la lluvia, mitigando su efecto erosivo, enriquecen el suelo en su paulatina descomposición, sirven de posadero o de refugio a multitud de aves y pequeños mamíferos dispersores de semillas, que germinarán y ayudarán a crear la avanzadilla vegetal del futuro bosque, diversificándolo al mismo tiempo. Su misión es de nuevo fundamental para acelerar la recuperación de áreas incendiadas. Su extracción masiva, total, a menudo con una rapidez que parecería casi psicótica si no hubiera otras razones que también denotan cierta patología ($) es un error monumental.
La naturaleza tiene su propio ritmo. No podemos pretender volver a ver arbolada una zona incendiada, ese proceso dura mucho más allá de nuestra esperanza de vida. Borrar por la fuerza la evidencia del desastre ( retirando el arbolado muerto calcinado) e introducir especies exóticas resinosas de crecimiento rápido para intentar ver lo antes posible "algo verde" agrava monumentalmente el problema ya creado interrumpiendo los procesos de regeneración natural, y demuestra muy poco rigor, seriedad y madurez.
Los "expertos" , año tras año, verano tras verano, incendio tras incendio, estimarán, en base a ciertas decimonónicas enseñanzas, que esos troncos muertos "hacen feo", son "suciedad", provocan plagas y "argumentos" de similar "rigor". Arrasarán con toda la madera muerta, abriendo cientos de pistas con maquinaria pesada, desfigurando laderas y montes y convirtiendo la recuperación espontánea, la sabia y autónoma regeneración natural, en un imposible, y su inercia ultraintervencionista e incuestionable (porque para algo son "los que saben") en la única posibilidad de "salvar" un área incendiada, como si la naturaleza no supiera recuperarse por sí sola como lo ha hecho durante millones de años, y necesitara de un "experto" que la lleve de la manita. En algunos casos, en un proceder que hoy debemos calificar de intolerable y criminal, arrasarán con la regeneración natural para plantar mecanizadamente esas hileras de "cerillas" resinosas en densidades que impedirán el crecimiento casi de cualquier otro ser vivo, y que dentro de unos años propagarán un nuevo y monumental incendio gracias a una negligencia, un loco o un accidente, cerrando así este Ciclo de la Infamia.
El resultado es que en vez de estudiar e imitar los procesos naturales de regeneración vegetal tras una perturbación, en vez de asumir lo evidente y apostar por la regeneración natural que es la que mejor funciona porque tiene millones de años de evolución y cataclismos monumentales a sus espaldas, los "expertos" gestores ralentizan o interrumpen dichos procesos de autorecuperación. Así pretenden mostrarse ante la opinión pública como necesarios y justificar proyecto$, presupuesto$, etc. mientras que los ciudadanos asisten resignados (o incluso demandan enfervorecidamente, lo cual tampoco ayuda) al desfalco presupuestario de dichas intervenciones.
Obviamente no todos los gestores actuan así, pero no hay más que salir ahí fuera, abrir los ojos y observar cómo se "gestionan" (realmente no puede llamarse gestión, pero para entendernos) nuestros ecosistemas tras sufrir una perturbación como un incendio (o sin siquiera sufrir perturbación alguna) para darnos cuenta de que esta enfermedad (la "psicosis de la madera muerta" ¿saproxilofobia?) está muy extendida entre nuestros gestores. ¿les ayudas a curarse?
BASTA YA de retirar sistemáticamente la madera muerta de los bosques.
Queremos que se apueste por la REGENERACIÓN NATURAL de las zonas incendiadas. La mejor, la más barata y la más ecológica.
NO a la extracción de MADERA MUERTA de las zonas incendiadas.
BASTA YA de hacer negocio de los incendios y la madera quemada. BASTA YA de interrumpir los procesos ecológicos por quienes deben garantizarlos y si acaso facilitarlos. Para eso cobran y eso es lo que dicen las LEYES que están obligados a cumplir.
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IDENTIFICACIÓN:
FOTOGRAFIA TOMADA EN:
España
Madrid
EQUIPO Y TÉCNICA FOTOGRAFICA UTILIZADA:
Información EXIF:
RICOH
G600
1/49 sec(s)
F/4.4
64
9.4mm
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Comentarios: 1497
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