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Los mil brazos de la ameba flotan y escudriñan los rincones del agua queriendo abrazarla del mismo modo que las nubes se transforman queriendo abrazar en el aire los rincones del cielo ▷.

Así, evolucionando como una nube de fluido vivo, unas veces de puntillas sobre el fondo, transformándose en niebla animada y otras veces flotando en la ingravidez del agua que es su mismo ser, Amoeba proteus se pasea por la vida…a veces niebla, a veces nube, a veces lava y siempre en continua evolución, a cada instante diferente y nuca igual a como fue ▷.

Amoeba proteus es una de las amebas más comunes en donde el agua se estanca y existe la suficiente materia orgánica como para que ella se alimente, lo hace casi de cualquier cosa, restos vegetales, pequeñas algas, bacterias y diminutos protozoos, un gigante omnívoro que camina con esos mil brazos que también son manos y pies ▷.

En el interior de Amoeba se aprecian corrientes de fluido que son las que hacen que sus contornos se transformen continuamente, ebullición fría y lenta de la vida. Allí por donde pasa esta nube viviente no deja lluvia ni rocío, recoge la lluvia sólida que un día dejó la vida en el agua y de este modo le va devolviendo su transparencia mientras ella se transforma en nube de inofensiva tormenta.

La fotografía de hoy, tomada a 200 aumentos, empleando la técnica de contraste de interferencia, se ha realizado sobre una muestra recogida hace días en el río Alhama, a su paso por el poblado celtibérico de Contrebia Leucade en Aguilar de Río Alhama (La Rioja)