Blepharisma es un ciliado depredador, por eso su gran boca se abre hasta más allá de la mitad de su cuerpo rodeada de sus dientes particulares, finos y flexibles, que barren y atraen en corrientes de agua a todos los minúsculos seres que viven entre los laberintos de los restos vegetales, son restos de musgos, de algas y de otras plantas que caen al agua y que poco a poco se van deshaciendo hasta quedar hechos nada, materia deshecha en el agua.

La gran boca de Blepharisma es una estructura compleja que además de poseer esa hilera de cilios perfectamente alineados y de movimiento sincrónico, presenta una fina y transparente membrana ondulante junto a ella, es prácticamente invisible y ayuda a atrapar a las diminutas presas que habitualmente forman parte de la dieta de este ciliado, que aunque depredador, se conforma con piezas minúsculas como bacterias y minúsculos protozoos tan pequeños como ellas que Blepharisma busca afanosamente, cepillando con su hocico, por cualquier rincón entre los sedimentos.

Parece ser que en condiciones extremas, algunas especies de este género recurren al canibalismo cuando falta su alimento o sus poblaciones crecen desmesuradamente en un espacio en el que no encuentran recursos. De momento no parece ser este el caso, aunque la población de estos ciliados va creciendo en las muestras recogidas hace unas semanas en las inmediaciones de la Laguna de Peñalara, parece haber alimento para todos.

La especie que mostramos hoy aquí recuerda mucho a Blepharisma hyalinum y corresponde sin duda, a la misma hallada hace unos meses en la Laguna de Peces en la alta Sanabria de Zamora, a cientos de kilómetros de distancia, pero en un ambiente muy similar y con unos acompañantes también muy parecidos. Escondido entre los restos acuáticos donde fácilmente encuentra su alimento, rara vez sale de entre ellos y cuando lo hace es para buscar nuevos laberintos entre los que refugiarse.

Aunque el aspecto de Blepharisma hyalinum difiere con respecto al del de otros hermanos como Blepharisma seculum, su gran boca alargada, sus membranas en movimiento y las estrías longitudinales que recorren en hileras de cilios su cuerpo, nos hablan de su mismo origen.

Blepharisma hyalinum ha venido con los sedimentos , pero también acompañando a las algas de las turberas , estrellas acuáticas como Euastrum y Micrasterias con las muestras recogidas en unas praderas inundadas de las inmediaciones de la Laguna de Peñalara y como todos los seres encontrados en ellas va dedicada a todos estos amigos con quienes tuve la suerte de compartir este maravilloso proyecto de Biodiversidad virtual. La fotografía se ha tomado a 400 aumentos empleando la técnica de campo oscuro.