Con la elegancia de sus curvas perfectas y bien trazadas la diatomea Navicula se pasea por el agua en nave que es tesoro de cristal y que encierra dos tesoros, uno de belleza y otro de vida, Navicula es elegancia sencilla, navegar equilibrado, vida en movimiento que busca la caricia de la luz.

Nave de suaves formas adornadas con una imperceptible talla, nave de cristal absolutamente transparente en cuyo interior los cloroplastos intensamente verdes son barritas de esmeralda, y junto a ellos, repartidas en perfecta armonía de equilibrio perlas blancas y doradas, son gotitas de aceite que ayudan a esta nave a ascender hasta cerca de la superficie donde tendrá lugar su encuentro necesario y continuado con un haz de luz, que el sol le envía día a día.
Agua, luz y la vida de este barquito, tesoro navegando sin saber lo que atesora.

La diatomea de hoy, cargada con esas graciosas gotitas de aceite, perfectamente dispuestas por un misterioso estibador, corresponde a una de las especies del género Navicula, género muy extendido y relativamente común en cualquier tipo de aguas. La de hoy, probablemente del grupo de Navicula rhynchocephala procede de las aguas estancadas y ricas en materia orgánica, de la localidad francesa de Ille et Vilene, situada en la Bretaña y en las inmediaciones de Rennes.

La fotografía se ha realizado a 400 aumentos empleando la técnica de contraste de interferencia.