Peranema trichophorum


Peranema trichophorum
Peranema trichophorum
LAS ALAS DE PERANEMA, REAL JARDÍN BOTÁNICO DE MADRID
En Biodiversidad virtual y también en Twiter
La brida de Peranema es un dedo de hilo fino, para el que no hace falta corcel, bastoncillo que son sus ojos y sus alas para hacerla deslizar sin dar tropiezos. Con su largo flagelo extendido Peranema va palpando bajo el techo lejano de la superficie del agua cada partícula que pudiera ser su alimento, cada rincón en el que pudiera estar escondido... Su bastoncillo de ciego le permite caminar allí donde la niebla verdosa y turbia cierra la puerta al sol o donde los sedimentos visten a todo en la penumbra.
El perfil esbelto de Peranema se mantiene en tramos largos hasta que se produce algún encuentro, es entonces cuando su figura cambia y se revuelve agitándose plásticamente como una llama al soplo fuerte del viento y Peranema aviva su energía. Los encuentros con los grumos que caen del agua en mil naufragios son los que le dan la vida y hacen que su cuerpo cambie en mil formas y mude su color, son su alimento.
La fina película que recubre el cuerpo de Peranema es la camisa que también llevan Phacus y Euglena y está estriada en finísimos surcos que apenas se aprecian. Se puede deformar con mucha facilidad, permitiendo a este organismo adoptar contornos muy variados.
El flagelo grueso y visible de Peranema no es solo el evidente, tiene otro, prácticamente escondido que se pega a la película que envuelve su cuerpo en sentido contrario a la marcha camuflándose con él.
La parte posterior del cuerpo de Peranema está cargada de pequeños cuerpos brillantes y amarillentos de paramilo, el almidón especial de estos organismos. Junto a la base del flagelo se abre una cavidad que corresponde a la vacuola contráctil que bombea hacia el exterior todo el exceso de agua que penetra en su cuerpo.
Peranema vive cerca de los fondos del agua, donde no ve la luz del sol como la ven sus parientes verdes Euglena o Phacus a los que les gusta la superficie, a diferencia de ellos, Peranema no es un organismo fotosintético, sino que pertenece al extenso grupo de los euglénidos fagotróficos (los que se alimentan fagocitando pequeñas partículas que encuentran en su entorno, generalmente detritus).
En uno de los fontines del Jardín Botánico hoy Peranema, impertubable en apariencia, va navegando entre dos aguas y traza el rumbo recto que marca su flagelo hacia un horizonte siempre sumergido. No importa la ceguera porque su pie de grueso hilo todo lo palpa. Ojos, manos, nariz lengua y oído parecen concentrarse en él que va abriendo el paso de su cuerpo voluble y alargado con cambiante decisión.
Peranema trichophorum es especie relativamente común en las aguas estancadas que contienen bacterias y materia orgánica y una de las más frecuentes en los fondos de cualquier masa de agua y hoy pasea entre los jardines sumergidos del Jardín Botánico. La fotografía, realizada a 400 aumentos empleando la técnica de contraste de interfeerncia, procede de unas muestras recogidas con Jesús Muñoz el pasado 8 de julio en uno de los fontines del mismo corazón del Jardín Botánico de Madrid donde su cuerpo se hizo pez.
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La brida de Peranema es un dedo de hilo fino, para el que no hace falta corcel, bastoncillo que son sus ojos y sus alas para hacerla deslizar sin dar tropiezos. Con su largo flagelo extendido Peranema va palpando bajo el techo lejano de la superficie del agua cada partícula que pudiera ser su alimento, cada rincón en el que pudiera estar escondido... Su bastoncillo de ciego le permite caminar allí donde la niebla verdosa y turbia cierra la puerta al sol o donde los sedimentos visten a todo en la penumbra.
El perfil esbelto de Peranema se mantiene en tramos largos hasta que se produce algún encuentro, es entonces cuando su figura cambia y se revuelve agitándose plásticamente como una llama al soplo fuerte del viento y Peranema aviva su energía. Los encuentros con los grumos que caen del agua en mil naufragios son los que le dan la vida y hacen que su cuerpo cambie en mil formas y mude su color, son su alimento.
La fina película que recubre el cuerpo de Peranema es la camisa que también llevan Phacus y Euglena y está estriada en finísimos surcos que apenas se aprecian. Se puede deformar con mucha facilidad, permitiendo a este organismo adoptar contornos muy variados.
El flagelo grueso y visible de Peranema no es solo el evidente, tiene otro, prácticamente escondido que se pega a la película que envuelve su cuerpo en sentido contrario a la marcha camuflándose con él.
La parte posterior del cuerpo de Peranema está cargada de pequeños cuerpos brillantes y amarillentos de paramilo, el almidón especial de estos organismos. Junto a la base del flagelo se abre una cavidad que corresponde a la vacuola contráctil que bombea hacia el exterior todo el exceso de agua que penetra en su cuerpo.
Peranema vive cerca de los fondos del agua, donde no ve la luz del sol como la ven sus parientes verdes Euglena o Phacus a los que les gusta la superficie, a diferencia de ellos, Peranema no es un organismo fotosintético, sino que pertenece al extenso grupo de los euglénidos fagotróficos (los que se alimentan fagocitando pequeñas partículas que encuentran en su entorno, generalmente detritus).
En uno de los fontines del Jardín Botánico hoy Peranema, impertubable en apariencia, va navegando entre dos aguas y traza el rumbo recto que marca su flagelo hacia un horizonte siempre sumergido. No importa la ceguera porque su pie de grueso hilo todo lo palpa. Ojos, manos, nariz lengua y oído parecen concentrarse en él que va abriendo el paso de su cuerpo voluble y alargado con cambiante decisión.
Peranema trichophorum es especie relativamente común en las aguas estancadas que contienen bacterias y materia orgánica y una de las más frecuentes en los fondos de cualquier masa de agua y hoy pasea entre los jardines sumergidos del Jardín Botánico. La fotografía, realizada a 400 aumentos empleando la técnica de contraste de interfeerncia, procede de unas muestras recogidas con Jesús Muñoz el pasado 8 de julio en uno de los fontines del mismo corazón del Jardín Botánico de Madrid donde su cuerpo se hizo pez.
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IDENTIFICACIÓN:
Peranema trichophorum
Fontines y estanques del Real Jardín Botánico
FOTOGRAFIA TOMADA EN:
España
Madrid
EQUIPO Y TÉCNICA FOTOGRAFICA UTILIZADA:
Nikon D7100 en Leica DMLB
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