Más delicadas y livianas que las pompas de jabón, las burbujas de Volvox están tejidas con el hilo de la belleza y el misterio de la vida. Una malla perfecta armada en delicados y casi invisibles hexágonos. En cada uno de ellos, una diminuta alga verde, como un broche de arena esmeralda extiende sus largos brazos, para tenderlos solidariamente a las demás que viven alrededor. Así construyen está hermandad, casi perfecta, redonda como la esfera. Agrupación colonial que permite a todos los individuos vivir mejor y sobrevivir más fácilmente en la compleja vida de los organismos del agua.

Una envuelta transparente y gelatinosa forma la piel de esta burbuja que flota de día recorriendo paisajes en giros alegres y que, de noche, descansa tranquila en el fondo del lecho acuático .

La unión de decenas de miles de pequeñas voluntades verdes, guiadas por las salpicaduras rojas que son sus ojos, hacen navegar a estas esferas al golpe suave del remo de los dos flagelos que lleva cada una.

Burbuja hermosa y alegre que como un cofre contiene en su interior a otras esferas que nadan en sus entrañas esperando la independencia.

La imagen de hoy muestra en detalle el perfil de una de estas burbujas de Volvox, las diminutas algas verdes, de contorno irregular forman un mosaico de teselas hexagonales unidas por una fina e invisible capa gelatinosa. Cada una de estas diminutas algas porta una gran mancha ocular de intenso color rojo, está comunicada con sus hermanas vecinas a través de pequeñas prolongaciones y extiende su par de flagelos hacia el agua para así poder nadar.

Volvox globator vive en charcas y lagunas, en ocasiones lagunas con gran cantidad de materia orgánica. La mostrada aquí procede de las muestras recogidas en la Laguna Medina, en las inmediaciones de Pumerejo de Tera, en la provincia de Zamora y ha sido fotografiada a 400 aumentos empleando la técnica de contraste de interferencia.